LA COMUNICACIÓN PARA LA GESTIÓN DE UN CAPITAL HUMANO ÉTICO Y SOCIALMENTE RESPONSABLE
Autor: Sandra Orjuela Córdoba
Consultora Independiente - Docente
Cuando se habla de comunicación empresarial, institucional, organizacional o corporativa, se piensa siempre en una gran empresa, con un grupo de empleados que deben estar alineados con la misión, visión, valores, objetivos e intereses de la organización y eso no está mal, pero no se debe olvidar que se está hablando de personas, de seres humanos con emociones, problemas, ilusiones y frustraciones que inciden en su desempeño profesional, familiar y en sus relaciones humanas en general, al extremo que por una parte influyen en la construcción de la identidad de la empresa y por otra inciden en su proyección como agente social en sus comunidades.
En la labor diaria de quienes conforman el capital humano sin importar si es el presidente, gerente, director, secretaria u obrero, queda la huella de cómo ven al mundo, de cómo lo entienden en su relación con sus compañeros y por supuesto en la manera cómo hacen su trabajo.
Habitualmente esto se da por descontado y se cae en la rutina, con esquematizaciones, formatos, software para medir todo como si el capital humano fuera autómata, que cumple una meta y al final del día se desconecta del software de la empresa y cambia su chip para ser padres, madres, esposos, hermanos, hijos, vecinos, amigos. Sin embargo, ello no es así, pues los seres humanos son una sola unidad física y espiritual y como tal deben ser entendidos y analizados en cuanto conforman el capital humano.
De allí que se deba trabajar dentro de la empresa por la formación de un empleado ético, solidario, responsable, que se involucre en lo que pasa en la sociedad, el medio ambiente, que entienda que la oficina no es una caja de cristal donde se puede refugiar de su rol protagónico en la sociedad, para huir de las dificultades, aislándose del entorno, sino que la empresa debe servir para que desarrolle y proyecte el liderazgo que lo convierta en un auténtico agente de cambio social.
En la actualidad se habla de gobierno corporativo, de responsabilidad social empresarial, de gerencia ética, respeto al medio ambiente, gerencia de valores, entre otros y todo esto necesita de la comunicación para alinear objetivos, valores, estrategias, para darlo a conocer y entenderlo. Las personas humanas como seres sociales no pueden abstraerse de su entorno; para lograr el éxito, y satisfacer sus necesidades, deben comunicarse entre sí para establecer relaciones que les permitan la convivencia. Por eso es importante que los líderes organizacionales se apalanquen en el gestor de comunicación y lo vean como un agente que agrega valor a su gestión, debiendo ser el trabajo de éste no sólo táctico sino con una visión estratégica, que contribuya al desarrollo de una empresa más justa y porque no, más humana.
El ser humano es un individuo, que siente, vive y anhela por igual cuando está dentro o fuera de la empresa, por eso debe trabajarse por una gestión integral del desarrollo personal, donde el capital humano practique una ética en todo lo que hace, no sólo entre compañeros o en relación con la empresa, sino en su entorno familiar y social y eso sólo se logra si los proyectos y planificaciones dentro de la organización están alineados hacia el mismo norte: no únicamente la mayor productividad que es por supuesto el fin empresarial, sino la formación de un ciudadano comprometido con su corporación y con su entorno, con su trabajo diario y con la responsabilidad que tiene en la mejora de la calidad de vida de los demás, comprometido con una gerencia ética y con una forma de vida apegada a los principios, a los derechos y deberes de un buen ciudadano, pues sólo alcanzando estos valores se podrá lograr el desarrollo sustentable en la empresa y la sociedad.
Dentro de la gestión de la identidad corporativa, se debe trabajar por el desarrollo de valores que enriquezcan y fortalezcan el crecimiento no exclusivamente profesional, sino personal del capital humano y que a su vez ese desarrollo, se proyecte cada día dentro y fuera de la empresa, pues ello refuerza la imagen empresarial, a través del compromiso de sus miembros en conseguir una sociedad más justa y responsable con su entorno, generando además una mayor aceptación de la comunidad en la cual ésta se desenvuelve.
Es importante entender que la empresa no debe separar los planes de responsabilidad social de la formación y desarrollo de una conciencia social entre su capital humano, pues se estaría perdiendo el verdadero sentido del compromiso social; no es sólo dar ayudas económicas para escuelas, hospitales, infraestructuras, etc, sino que los empleados de esa empresa se sientan realmente involucrados y comprometidos con la sociedad, para alcanzar un mayor bienestar y una auténtica cohesión social.
Son estos los retos que debe asumir el operador de la comunicación para lograr que la misma contribuya a la construcción del capital humano y ético socialmente responsable.
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1 comentario:
Creo que a pesar de las apariencias, la realidad empresarial es muy distinta, y aunque es cierto que de cara a fortalecer la imagen corporativa, sería necesario fomentar el desarrollo social, lo cierto es que no imagino a muchas empresas de nuestro entorno valorando a los colaboradores implicados en mejorar la realidad social, casi todo lo contrario.
El problema de la conciliación familiar y laboral ha ocupado ya muchas páginas, aunque ahora parece que ha vuelto a desaparecer de la agenda política. La semana laboral de 35 horas que se trató de establecer en Francia, ya ha desaparecido de todos los programas electorales (al menos en Europa), por lo que con las largas jornadas laborales que hay que cumplir, los trabajadores difícilmente podemos contribuir como voluntarios en organizaciones para el cambio, y muchas veces ni siquiera el entorno familiar recibe la dedicación necesaria para una correcta convivencia familar.
A la vista del incesante río de la conflictividad laboral, en un mundo en el que los trabajadores no ven muchas veces reconocidos sus derechos, y en algunas empresas no se respetan ni siquiera las condiciones mínimas de seguridad e higiene, resulta un canto celestial oír hablar de empresas que quieren ver cómo su capital humano se implica en la mejora del bienestar social.
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